martes, 29 de enero de 2013

Libro: Crímenes. (hoy toca sabor alemán).

Me estoy leyendo un libro (que me han dejado en la biblioteca pública), que está resultando cada vez más interesante.

Reseña sobre el autor: Ferdinand von Schirach nació en Múnich en 1964. Desde 1994 ejerce como abogado defensor penalista en Berlín, donde se ha ocupado de algunos de los casos mas notorios de los últimos años en Alemania y que más interés han suscitado en la opinión pública. Crímenes, su primera obra literaria, se traducirá a treinta idiomas, y está en ciernes una versión cinematográfica.


Advertencia para gente sensible: (No seais tan sensibles, no es bueno; experiencia propia), uhmmm, ah sí!, la advertencia!: el texto puede ser un pelín duro. (* 1)


Os dejo leer un poco, (página 30):

Pocol era un hombre bruto y colérico, y sabía que ése era su principal activo. Todo el mundo había oído alguna vez la historia del dueño de un restarurante que le habío dicho a Pocol que tenía que pagar lo que comiera. (* 2)  De eso hacía quince años. Pocol no conocía al dueño del restaurante, ni el dueño conocía a Pocol. Después de arrojar el plato contra la pared, Pocol había ido al maletero de su coche y regresado con un bate de béisbol. El dueño del restaurante perdió la visión del ojo derecho, el bazo y el riñón izquierdo, y pasó el resto de su vida en una silla de ruedas. Pocol fue condenado a ocho años de reclusión por intento de homicicio. El día del fallo, el dueño del restaurante se cayó con la silla de ruedas por las escaleras del metro; se desnucó. Desde que salió en libertad, Pocol no tuvo que pagar ni una sola comida más.

Pocol supo del robo por el periódico. Tras realizar una docena de llamadas a parientes, amigos, peristas y demás socios, averguó quién había entrado en casa de Tanata. Mandó a uno de sus esbirros, un joven prometedor que lo hacía todo. El esbirro fue a ver a Samir y Özcan y les dio un recado: Pocol quería hablar con ellos. Inmediatamente.

Se presentaron poco después en el salón de peluquería (a Pocol no se lo hacía esperar). Les ofreció té y dulces, reinaba el buen humor. De pronto, Pocol se puso a gritar, agarró a Samir de los pelos, lo arrastró por todo el salón y, en una de las esquinas, lo pateó hasta dejarlo planchado. Samir no se defendió y, entre patada y patada, le ofreció en treinta por ciento. Pocol gruñó, asintió con la cabeza, dejó a Samir y, con una tabla que tenía en el salón para estos casos, golpeó a Özcan en la frente. Luego se calmó, se sentó de nuevo en el sillón y llamó a su novia, que estaba en la habitación contigua.



          Hasta hacía pocos meses, la novia de Pocol había trabajado de modelo, y había conseguido ser la chica Playboy de septiembre. Soñaba con pasarelas o con una carrera en un canal musical de televisión, hasta que Pocol la descubrió, propinó una paliza al que hasta entonces era su novio y se erigió en su representante. Pocol llamaba a eso "coger flores". Le pagó un aumento de pecho y un relleno de labios. Al principio, ella creía en sus planes y Pocol se dejaba la piel para colocarla en una agencia. Cuando le resultó demasiado fatigoso, llegaron las actuaciones en discotecas, luego en clubes de striptease, y finalmente en películas porno que en Alemania no podían adquirirse legalmente. Llegó un día en que Pocol le dio el primer chute de heroína, y ahora dependia de él y lo amaba. Pocol había dejado de acostarse con ella cuando sus amigos, los de él, la utilizaron de orinal en una película. Si seguía a su lado era sólo porque tenía la intención de venderla a Beirut - la trata de blancas funcionaba también en esa dirección -; después de todo, debía recuperar el dinero invertido en las operaciones de cirugía estética.

...

(Pag. 33).


Mientras que el impostor medio se limita a estafar, Wagner tenía además otras dotes. Se las daba de "tipo duro", de "joven berlinés de la calle" que "se lo había currado". La gente de mejor posición social le cogía confianza. Creían, cómo no, que era un hombre grosero, desagradable y que hablaba a gritos, pero, precisamente por eso, honrado y transparente. Wagner ni era un tipo duro ni un hombre honrado. Incluso a sus propios ojos, no "se lo había currado". Era inteligente sólo de una manera astuta, y como él mismo era débil, sabía reconocer las debilidades de los demás. Y así se aprovechaba de ellas aun cuando, en realidad, no obtuviera ninguna ventaja.

A veces Pocol utilizaba a Wagner. Le daba una paliza cuando se ponía gallito, cuando hacía mucho de la última vez o simplemente cuando le apetecía. Por lo demás, lo consideraba escoria. Sin embargo, le pareció que era la persona indicada para ese trabajillo. Pocol sabía por experiencia que, por cuestiones de origen e idioma, nadie fuera de su círculo se lo tomaba en serio.

Wagner recibió el encargo de ponerse en contacto con Tanata y ofrecerle el cuento y los relojes (que habían robado); los términos y pormenores de la transacción debía dejarlos por concretar. Wagner aceptó. Averiguó el número de teléfono de Tanata (al que le habían robado) y habló veinte minutos con su secretario, que le aseguró que la policía no iba a intervenir. Despuçes de colgar, se alegró, acarició a los dos chihuahuas, que había bautizado Dolce y Gabanna,  y se puso a pensar en cómo podía engañar un poco a Pocol.
                                                                     ---   ---   ---

En la actualidad, la palabra garrotte designa un alambre fino en cuyos extremos se fijan unas pequeñas asa de madera.Tiene su origen en un instrumento medieval de tortura y ejecución -en España se usó para ajusticiar algunos reos hasta 1974-, y todavía hoy goza de cierto predicamento como herramienta de asesinato. Sus componentes pueden comprarse en cualquier gran almacén de materiales para la construcción, es barato, fácil de transportar y efectivo: se ajusta el lazo al cuello de la víctima y se estrecha con fuerza por detrás; no puede gritar y muere rápidamente.


...


http://www.youtube.com/watch?v=DEOdhvAD6zI


(* 1) Los Hermanos Grimm (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/grimm.htm) escribieron sus cuentos para niñas en 1812,para avisarlos de las lacras que se iban a encontrar, (Caperucita Roja, etc; quien no los conozca que levante la mano); los cuentos no tenían final feliz, pero los padres con el tiempo fueron cambiando los finales para que sus retoños no sufrieran, haciéndolas un flaco favor.

http://www.youtube.com/watch?v=jLHJAz5zZT8   Sed bellas pero sagaces, un lobo se esconde tras mil disfraces.


(* 2) Lo que "viene siendo" una verdad de Perogrullo; los romanos ya decían: una ley vino de Roma, que el que no trabaje, no coma).


No hay comentarios:

Publicar un comentario